lunes, 18 de marzo de 2013

Capítulo 33: "Vos necia, Yo mentiroso"



Hola chicas sory por la minidemorita, me alegra saber que todas estan al dia, gracias por comentar , veo que a pesar de todo no lo odian a pablito jaja, besotes les dejo nuevo capi, espeor que les guste ;)

CAPITULO 33:
--Es enserio??
—¡Claro que no fue en serio! El tipo es un mentiroso profesional, y le encanta jugar con la verdad.
—¿Qué crees que hubiera ocurrido de haberle respondido que sí?
—Todavía se estaría burlando. Pero no... Lo hizo simplemente para humillarme,
como cuando dejaba charquitos por toda la casa. Es su forma de hacerme saber
lo poco que valgo para él.
—¿Pero para qué decirte que le gustas?
—No dijo que le gusto... Dijo que quería meterse en mi braga, que es otra cosa.
—¡¿Cómo que otra cosa?! –preguntó Nico, saliendo de la nada.
—¡¿Qué hace él aquí?!
—No calculé que llegarías tan temprano –se justificó Rochi
Pero Nico Riera continuó sin preocuparse, sentándose entre ellas, como uno más.
—Si el fulano quiere meterse en tu braga, definitivamente es porque le gustas.
—¡No! Porque le gusta meterse en las bragas de quien sea –replicó la muchacha.
Pero Rochi la sorprendió.
—¿Por qué entonces no le das mi número de teléfono? – dijo convencida, y sin una
pizca de ironía.
Lali la observó sin ocultar su sorpresa, pero más aún se sobresaltó al escuchar a Riera.
—¡Eso! ¡Dale su número! –suplicó aquel galán.
Ambas amigas se miraron, sin entender.
—Ustedes son unas bobas. Pablo puede ser la solución para los tres. A vos, Lali,
podría hacerte el hijo que queres, sin que tuvieras que preocuparte por el resto de tu
vida en conseguir el dinero para mantener al crío. A vos, Rochi, te haría vivir como
una reina. Si a ella le ha ofrecido medio millón, vos vales al menos uno.
—¿Y vos que ganarías? –preguntó Lali
—Salir en la televisión. ¡Yo soy más lindo que Benja Amadeo!
—Pues más les vale olvidar todo el asunto. Lamento defraudarlos, pero mi jefe no
llegó hasta donde está, por andar regalando dinero. Estaba burlándose cuando me
ofreció el medio millón... Y ahora mejor me voy a dormir, porque estoy muerta.
En efecto, Lali no tardó en desaparecer. Y bastó que quedaran solos, para que Riera tomara el bolso que ella había olvidado sobre la mesa, y se lo entregara a su novia.
—¿Estás pensando lo mismo que yo? –le preguntó Rochi.
—Busca, y no pierdas el tiempo –le ordenó él con fiereza.
La joven lo obedeció, y enseguida sacó el celular de su amiga.
—¡Aquí está!... ¿Tenes para anotar?...Pablo... 15—6—15...

Aquel golpeteo rítmico parecía adueñarse de su cerebro. Una y otra vez. Una y otra vez. “Mentiría si te dijera que no estuve pensando como meterme en tu braga, Berta.” Una y otra vez.
Lali se sentó en la cama cubierta de sudor. Del otro lado de la pared el golpeteo comenzaba a acelerarse, hasta acabar en miles de pequeños aullidos de placer.
Por lo visto, Nico había decidido quedarse hasta la mañana. Luego de unos minutos de relativa calma, otra vez aquel rechinar. ¡Mala noche para ser testigo involuntaria de tanta pasión!
Quisiera admitirlo o no, las palabras de su jefe habían provocado en Lali bastante más que simple enojo o estupor. No podía sacarse de la cabeza... ¡No! No podía sacarse de la piel aquella sensación que había recorrido su cuerpo al escucharlo.
“Mentiría si te dijera que no estuve pensando como meterme en tu braga, Berta.”
¿Por qué aquel hombre detestable lograba conmoverla así? Por cierto, era un magnífico ejemplar. Aunque no más que Benja o Vico. Pero a diferencia de lo que le ocurría con ellos, de él la atraía mucho más que su exterior. Pablo era demasiado de todo: demasiado lindo, demasiado mentiroso, demasiado inteligente, demasiado seductor, demasiado fuerte, demasiado insoportable, demasiado tenaz.
Y era aquella tenacidad lo que más la asustaba. En Mendoza, y desde que era pequeña, ni bien llegaba la primavera tomaba su bicicleta, y junto con sus amigos se dirigía a lo alto de la montaña. Era una excursión de todo el día, y la mejor oportunidad para sentir otra vez el sol en la piel. Cada año el recorrido era el mismo, así como el encanto de la charla y los juegos. Y en todas esas ocasiones se detenían sólo cuando el sol calentaba de lleno sobre sus cabezas, para merendar y refrescarse. Lo hacían siempre en el mismo sitio, a orillas de un riacho cantarín que descendía de la montaña. Gas había sido el primero en hallar en aquel paraje una piedra que, por distinta, había cautivado a todos. Era grande, de un blanco níveo, inusual para aquella geografía, y tan plana como una mesa. Casi podía verlo sentado sobre ella, sin camisa. Su hermosa piel iluminada por el reflejo del sol, mientras presumía por su descubrimiento. ¡Cómo se habían burlado de él cuando aquella corriente mínima, que corría salpicando la piedra, casi imperceptible pero continua, lo había mojado! Y luego ella se había acercado para ayudarlo a secarse. ¿Cuántos años tenían?... Dieciséis...
Esa fue la primera vez que acarició el pecho de un hombre. Por un mágico segundo Lali volvió a sentir aquel dulce estremecimiento. Luego de aquel viaje, cada año vigilaban la piedra mojada por aquellas gotas insignificantes, midiendo la profundidad de la huella que el agua dejaba en su superficie. Hasta que el último, unos meses antes de la muerte de Gas, descubrieron que la piedra se había partido en dos. Lentamente aquella gota la había horadado, sin prisa, pero sin pausa. Y riendo, jugando, festejando la tenacidad del agua, Gas había sugerido enterrar los restos de su víctima... Enterrar una piedra.
Esta vez fue un frío tétrico lo que recorrió el cuerpo de la muchacha. Del cuarto de Rochi surgieron más gritos, acompañados de uno que otro ruidoso suspiro, y por fin se hizo el silencio.
Sí, claro que extrañaba el sexo. Y mucho. La boca de Gas recorriéndola, la fuerza de él buscando su debilidad, su piel metiéndose en la blancura de su sexo, sus ojos...
Lali sacudió su cabeza con enojo. ¡No! Los ojos de su marido no eran esos que se estaba imaginando, en los ojos de Gas uno podía hundirse hasta el fondo de ellos, porque tenía la mirada de un hombre sincero. Eran los ojos de su jefe los que eran verdes imponentes. Y tan brillantes, que era imposible mirarlos fijamente sin correr el riesgo de quedar cegada.
¿Por qué se estaba confundiendo tanto con Pablo? Él, como aquella gota sobre la piedra, actuaba sin prisa, pero sin pausa. Y nunca se podía predecir la magnitud del daño capaz de ocasionar su presencia. Como la corriente, era fresco e invitante, pero dañino y mentiroso. Y, en su interior, Lali sabía que no faltaba demasiado para que su tenacidad acabara partiéndola al medio.
De todos los hombres del mundo... Sí. Su jefe era un mentiroso. Un hombre capaz de sentarse frente al presidente de la nación, y soportar con paciencia su actitud condescendiente, mientras simulaba ser engañado. Él podía esperar... Claro que podía. Y ella ya estaba a punto de enloquecer.
Al dia siguiente…
—¡Lali!... ¡Qué sorpresa!... No esperaba que vinieras en domingo.
—Anoche no pude dormir... Me la pasé todo el tiempo pensando en tu proposición.
—¿Y?
—Sí.
—¡¿Cómo?!
—Que si... Que voy a aceptarla.
—¿Estás segura?... Mira que esto podría cambiar nuestro futuro.
—No te hagas demasiadas ilusiones. Yo no las tengo...
—Yo sí. Y muchas.
—Eso es lo que me asusta. Temo defraudarte, y no quisiera que salieras lastimado.
—Yo... yo te amo, Lali. Pero puedo contenerme.
—Sí... Por desgracia ya sé que eres muy capaz de callar tus sentimientos –le
reprochó la joven—. No es por mí que estoy preocupada, sino por vos
Él intentó acariciarla, pero ella, instintivamente, se alejó.
—Disculpa, Vico. No quise rechazarte. Fue involuntario.
—Estoy acostumbrado, Lali.
La joven no pudo evitar un gesto de tristeza. Él lo notó de inmediato, y se esforzó por lucir relajado para complacerla.
—Pero, ¡mira que desastre que soy como anfitrión! Todavía no te he hecho pasar...
Lalli ingresó en el pequeño hogar de su amigo. El departamento era como él: sólido, pero un tanto anticuado. De líneas simples, aunque decorado con muebles de gran calidad. Un poco impráctico, pero de buen gusto, y carente de pretensiones. Era la casa de un pobre periodista, arreglada para dar cabida a un orgulloso empresario.
—¿Te gusta? –preguntó ilusionado.
—Estos no son tus muebles.
—No. Son nuevos.
La muchacha enfrentó otra vez su mirada expectante.
—¿Estás seguro que no te va a hacer mal que estemos tanto tiempo juntos? –le
preguntó, preocupada.
“Peor me hace saber que estás con Martinez”, pensó Vico .Pero no se lo dijo. Por el contrario, se limitó a responderle, sonriente:
—Te prometí que iba a seguir con mi vida, y es lo que pienso hacer. Nuestro
pequeño proyecto no va a influir para nada. Además, lo teníamos planeado desde
hace mucho tiempo. Siempre dijimos que íbamos a venir a la Capital para hacerlo. Y
ahora ya estamos aquí.
—Sí. Pero también estaba planeado que mientras tanto Gaston trabajara como
corresponsal para la provincia, y ya ves... Las cosas cambian.
—Es nuestro sueño, y nos merecemos poder cumplirlo... ¿Ya se lo dijiste a tu jefe?
—Lo resolví anoche. No hubo tiempo.
—¿Y si no acepta?
—Entonces renuncio... Igual no creo que dure mucho más con él.
Vico clavó en ella su mirada cristalina.
—¿Por qué?... ¿Ha hecho algo que te hiciera molestar? – preguntó tratando de
sonar distendido, pero con obvia preocupación.
—No... Ya te dije. El problema no es él.
—¿Tanto te gusta?
—¿Cuántas veces queres que te lo repita? Me confunde... Y no tengo ganas de que
alguna vez me atrape en un mal día.
La joven comenzó a recorrer la sala, deteniéndose en las pequeñas piezas de plata, que su amigo atesoraba desde su último viaje a Perú.
—¿Cuándo te diste cuenta, Vico? –le preguntó casi como por descuido.
—¿De qué?
—De... de eso. De lo que dices sentir por mí.
—¿Cuándo te diste cuenta vos que estabas enamorada de tu marido?
—Es distinto.
—¿Por qué?
—Porque con él no fue cuestión de saber, sino de descubrir y aprender. Éramos dos
nenes. Nuestros sentimientos no tenían nombre. Sólo estaban ahí, y eran
imparables.
—¿Y si aquella noche en la fiesta del colegio hubiera sido yo el del beso?
—No sé. Quizás ahora estaríamos casados y felices... Pero, la verdad, es que siempre sentí algo muy distinto por Gas. Desde el primer día que lo vi, fue como...
Por un segundo Lali volvió a estremecerse como la primera vez que la mirada de los ojos verdes de Pablo la había recorrido con deseo... ¿Qué le estaba pasando?
—Nunca entendí por qué lo preferiste.
La muchacha tardó en volver a la realidad, y reaccionar.
—Gas era perfecto.
—¡Eso es mentira! Siempre te quejabas por su carácter. Era desordenado,
pretencioso, y bastante egoísta. La muchacha miró a Vico sorprendida.
—¿Por qué hablas de él con tanto desprecio? ¡Era tu amigo!
Aquel hombre enamorado bajó la cabeza, sin ocultar su vergüenza.
—¿Desde cuándo me amas, Vic?
—Desde siempre... Y sólo fui amigo de Gas para poder estar con vos. Esa fue la
única razón por la que le conseguí el trabajo en el diario. También como periodista
dejaba mucho que desear. Y vos lo sabias mejor que nadie. Por eso te empeñabas
en corregir todas sus notas.
—¿Quién sos, Victorio? No te conozco.
—¿Sabes quién soy? Aquel al que recurrías cuando él no te alcanzaba. El que te
ayudaba a tapar sus fallas. El que te escuchaba cuando tu marido se dormía...
—Debió ser una tortura para vos.
—No. Porque te amo.
—¿Por qué?
—¿“Por qué”, qué?
—¿Por qué me amas? Vamos, me conoces más que cualquiera. ¡Soy una bruja!
Mandona, impaciente... Mis últimas citas se fueron de la mesa insultándome.
Vico sonrió mordiéndose el labio.
—Cuando se quiere de verdad, se disculpa todo.
—¡Eso te va a ti, que has jugado tantos años de víctima! Pero yo, en cambio, he sido
muy feliz al lado de Gas. Quizás porque tenía el valor de quejarme, quizás porque
sabía reclamar. No sé... Pero de lo que me doy cuenta es que un amor que te hace
sufrir, no sirve.
—Se ama como se puede.
Lali se estremeció. Y en su cabeza, rítmica y continua, volvió a resonar la voz grave y melodiosa de su jefe: “Mentiría si te dijera que no estuve pensando como meterme en tu cama, Berta.”
Por otro lado….
Su madre no había criado una boludita como para que aquellos dos intentaran engañarla. No. No ocupaba el puesto que tenía sólo por haberse acostado con Pablo. Macarena era muy capaz de darse cuenta cuando algo pasaba delante de sus narices. Y allí, ese fin de semana, había ocurrido de todo. El clima tenso entre esos dos podía cortarse con cuchillo. Y, en lo que iba de la tarde, tanto el uno como el otro, se habían cuidado mucho de cruzar miradas.
¡Sí que había resultado peligrosa esa niña! Por primera vez, y a pesar de que generalmente quería matarlo, Maca se puso del lado de su jefe, y comenzó a preocuparse por Pablo….
¡El pobrecito daba lástima! ¿Qué habría ocurrido? Porque ella no compraba el discurso de castidad de la muchacha. Y sabía muy bien que si se había tomado la molestia de proclamar a los cuatro vientos que no pensaba irse a la cama con ninguno, era sólo para poder aumentar el interés de todos en lograrlo. Aunque... No. Definitivamente aquellos dos no habían tenido sexo.
¿Pero que otra cosa podía inquietar así a un hombre y a una mujer? Por un segundo miró con descaro a su rival. ¡Sí que Lalita sabía menear el culo! ¡¿A quién quería engañar jugándola de santa?! Esta vez Maca perdió su mirada en Pablo, que estaba observando de soslayo a Lali, que contemplaba entristecida la tarde, a través de la ventana. ¿A quién quería engañar con esa carita?...
La respuesta era obvia: a Pablo.
Y el pobrecito estaba entrando como un caballo.

2 comentarios:

  1. Maca haciendose la cabeza ya quisiera ella tener la personalidad d Lali.Vico echo toda la mier...sobre su amigo esta celoso del pasado y del presente d Lali.

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  2. Rochi Rochiiii!!!!! No me gusta para nada como se esta comportando!!!! Se las va a mandar seguro para vengarse de Lali por todos los desplantes que le causo con sus citas....
    Y Vico es muyyyy... aggggg!!!!!! Me esta asando al principio todo bien con el... pero me molesta que le quiera echar tierra a Pablo para poder ganarse a Lali!!!!
    Y me intriga que le propuso a Lali... seguro algo para alejarla de Pablo... Y Lali con tal de separarse de Pablo( porque sabe q siente cosas muy fuerte por el) acepta cualquier cosa....
    Y yo ya quiero besooooo!!!! Ha pasado mucho ya y ningun pico le ha robado Pablo a Lali... en eso se tiene que poner las pilas Pablito!!!!
    Y Maca Maca.... esta se las trae..!!! Esta que le carcomen los celos... xq Lali la supera en todo... para colmo sin quererlo!!!!
    Espero q subas pronto!!!!
    Besos q estes bien...!!!! :D <3

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