Hola chicas llego nomas el gran final, espero les haya gustado la historia, les cuento que despues voy a subir una nueva adaptacion porque no tengo tiempo suficiente para hacer algo mio, en vacaciones seguramente suba algo mio pero por mientras voy a subir adaptaciones, gracias a las que siempre estan, un beso enorme y sin mas el capitulo final....
CARO
Capítulo Anterior:
- Esas fotos dicen algo muy diferente – dijo él soltándole las manos y yendo hacia la ventana.
- Las fotos pueden engañar. Ni siquiera lo he visto desde el día que estuvo en la casa. Y ese mismo día se terminó todo. No fue más que una aventura, algo sin importancia, un pasatiempo, como quieras llamarlo. Estaba muy sola, aburrida y supongo que quería lo que jamás había tenido.
- Lo que podrías haber tenido conmigo si yo no hubiese sido tan orgulloso y tan mezquino como para ofrecértelo – Pablo volvió hacia ella y agregó -. Vos has sido más sincera conmigo de lo que me merezco, pequeña. Si te he perdido ha sido por mi culpa. Me enamoré de vos la primera vez que te vi. Vos no te equivocaste con mis sentimientos. Fue como si la luz me golpease de pronto. Y cuando me pude recuperar del shock, lo único que quería hacer es salir corriendo.
- ¿Pero...?- dijo Lali
CAPITULO 38 (FINAL) :
- Pero vos debiste atarme, porque no fui capaz de irme. Vos eras muy joven. Yo no estaba preparado para el matrimonio. Pero me daba miedo que otro hombre estuviera en condiciones de darte lo que yo no podía. Y si yo me iba de tu lado no iba a haber oportunidad de que estuvieras a mi alrededor cuando yo decidiera volver.
- No puedo creer que esos eran tus sentimientos – dijo Lali, temerosa de creer lo que él decía, de que después de todo, no se hubiera equivocado cuando había creído que la atracción irresistible había sido mutua.
- Mis sentimientos eran esos. Pero no sabía cómo manejarlos, y además creo que estaba resentido por el poder de atracción que ejercías sobre mí. Pero luego, Nicolas cambió todo. De pronto no tuve elección. Nunca, nadie, me había hecho hacer nada que yo no quisiera. Me sentí totalmente impotente. Me sentía como un caballo de raza que tu padre había comprado para vos. Atrapado por una adolescente. ¡Y me juré que no te daría nada que yo no quisiera darte!
Lali pensó en cómo se habría sentido. Y pensó amargamente en su padre, que les había destruido la posibilidad de ser felices.
- Lo comprendo – dijo Lali.
- Pasaron dos años de nuestro matrimonio hasta que empecé a desearte nuevamente – Pablo hizo una pausa -. No, no lo demostré. ¡Me hubiese dejado matar antes que acercarme a vos! Mi orgullo no me permitía doblegarme más aún al chantaje de tu padre. Vos eras una mujer a quien yo jamás tocaría.
- Sí –dijo ella.
- No te tuve en cuenta. Era una lucha entre Nicolas y yo, y vos estabas en medio. Vos eras mi esposa. Yo no podía tocarte. Pero cuando murió Nicolas yo ya había decidido que seguirías siendo mi esposa, y entonces, al ser una elección propia, nuestro matrimonio sería real. Ya sabes, a mí no se me ocurría que vos pudieras tener otras ideas. Habías aceptado la situación por tanto tiempo.....– terminó Pablo con una sombra de desconcierto y vergüenza a la vez.
- Vos pensabas que con tu palabra bastaba... – Lali pensó que era muy arrogante, pero por lo menos era sincero.
- Yo pensaba que vos me amabas, y que por ello habías seguido a mi lado.
- ¿Qué?
- Fue muy vanidoso de mi parte. Cuando te oí hablar por teléfono con Lanzani, me quise morir. Querías dejarme, y tuve que tomar medidas extraordinarias para que no te fueras. Realmente no pensaba que ese certificado fuera aún una amenaza para mí.
- ¿No? – Lali estaba pasmada ante tal afirmación.
- Simplemente lo utilicé para retenerte, y obligarte a que le dieras una oportunidad a nuestro matrimonio. Y no tenía derecho de hacerlo, lo sé. El orgullo y el resentimiento me había impedido hacerlo en vida de Nicolas. Pero no quería enfrentarme a la posibilidad de perderte.
- No querías que ninguna otra persona te comprara medias... – dijo ella sonriendo, mientras se movía por la habitación.
- Hasta ahora había tenido medias suficientes para el resto de mi vida.
Hubo un silencio largo, Pablo entonces carraspeó y siguió.
- Cuando dije que envidiaba la fortaleza de Cande en no ceder a las presiones de la familia Igarzabal para que dejaran la relación.....
- ¿Victorio es Igarzabal?- interrumpió Lali.
- Es el hermano menor de Rocío. ¿No te has dado cuenta?
Lali negó con la cabeza.
- Cande no dejó que el orgullo interfiriera entre ella y sus sentimientos. Yo sí.
Pablo se dio cuenta de lo que quería decirle con eso. Y de lo que le costaba decirlo. Era una lucha interior, que se habría ahorrado con él “Queres dormir conmigo esta noche”.
- Podes escribirlo si te resulta más fácil – dijo ella titubeando, pero con la felicidad aflorando a sus ojos.
- Cuando volví de París y vos ya no estabas, fue como encontrarme en un desierto. Había jugado y había perdido. Vos te habías escapado por fin del campo de concentración. Necesito que vuelvas a casa, por favor.
- La has puesto en venta – le dijo ella con crueldad que acababa de estrenar.
- Da igual que no me ames – la miró con desesperación, las manos entrelazadas fuertemente, subrayando la tensión interior en él -. Yo te amo tanto...
- Yo también te amo, pero no estaba dispuesta a volver hasta que no lo dijeras.
Pablo la abrazó. Era hermoso volver a estar en sus brazos, y durante un rato largo no hubo más que silencio entre ellos, y besos, y un largo abrazo en el que parecían fundidos.
- Te he echado de menos todos los días a todas horas – le juró él -. Pensé que te había perdido.
Después de un rato en que parecían no poder desprenderse, Lali le preguntó:
- ¿Cómo te sentiste cuando tiré las medias?
- Si no hubieses estado enfadada conmigo, no te habrías tomado el trabajo de hacerlo. Eso me dio esperanzas – le confesó él con una sonrisa.
- ¡Has tenido suerte de que no te hiciera pedazos los trajes!
- Eso me hubiera dado más esperanzas todavía, pero creo que debo decirte que no tengo intenciones de aprender a cocinar – murmuró el burlón.
- Tenes otros talentos – le dijo Lali, acariciándole el vello del pecho.
- ¿Eso crees? – sonrió él.
- Lo sé. ¿Para qué vas a perder el tiempo en la cocina cuando sos tan bueno en la sala de juntas?
- Sos terrible–protestó el con ternura, y la volvió a besar- Te amo pequeña
- Quiero ver esa casa que has comprado – le dijo ella.
- La he comprado para vos, se que a vos te gusta vivir en el campo.
- ¿De verdad?
La besó nuevamente.
Fue ese día, pero muy tarde ya, cuando fueron a ver la casa donde empezarían una nueva vida juntos, lejos del pasado, lejos de todo menos del amor que compartían desde el primer momento en que se vieron.
FIN