lunes, 9 de octubre de 2017

EPILOGO: "En busca de la Verdad"



EPÍLOGO

     LA PRIMERA dama de Australia subió al podio. Junto a ella, en el centro de una pared había unas cortinas verdes cerradas, y un cordón hacia el que llevó la mano.

     -Es un privilegio haber sido invitada a inaugurar el primer Centro Panda -dijo calurosamente-. Quiero agradecer la generosidad de Pablo Winton y de su familia, que no solo concibieron la idea de un centro de tutoría para niños huérfanos o de padres separados, sino que también han donado parte de los derechos de autor de los libros y de la serie de televisión del popular Panda Cósmico. Eso, junto con la generosa respuesta del público a la campaña de recaudación de fondos organizada por la señora Winton, permitirá que el centro ayude  a nuestros niños durante muchos años. Gracias, Lali y Pablo.

     Lali se sintió tan orgullosa que se le hizo un nudo en la garganta. Pablo se puso en pie para aceptar el aplauso del público invitado. Multitud de flashes iluminaron la escena, y las cámaras de televisión lo enfocaron. Intentó que se pusiera en pie para compartir los aplausos, pero ella se resistió. Todo era fruto del sueño de Pablo.
     Al principio de su matrimonio le había dicho que deseaba ayudar al mundo infantil de una forma tangible. Tras una larga sesión en la que ambos plantearon posibilidades, surgió la idea del Centro Panda, al que los niños que hubieran perdido a uno de sus padres, por muerte o separación, podían acudir para buscar consejo y ayuda, en persona, por teléfono o por Internet.

     Si estaba en manos de Pablo , el centro que acababan de inaugurar no sería más que el primero. Lali, observándolo acallar el aplauso de la multitud con un gesto, se preguntó cómo podía haber pensado alguna vez que fuera La Bestia. Su hombre tenía un corazón de oro, y un espíritu a juego. Cuando se empeñaba en algo, no había forma de pararlo.
     Se había empeñado en conseguirla a ella, y el resultado estaba a la vista. Lali se estremeció de placer al recordar cómo había superado todas sus objeciones para demostrarla cuánto la amaba. Ella seguía queriéndolo tan intensamente que a veces la asustaba, hasta que recordaba que no estaba sola. Pablo  siempre estaba allí, para ella y para sus hijos.

     Ian estaba de pie junto a su padre, agarrado de su mano. Era alto para su edad, cinco años, y cada día que pasaba se parecía más a su papi. Le gustaba imitar todo lo hacía, incluso «escribía» en un pequeño ordenador cuando  Pablo se metía en su despacho.
     Cuando Pablo le encontró novia a Dougal, y tuvieron una camada de cachorros adorables, Ian se volvió loco de alegría. Igual que se consideraba una miniatura de su papi, Ian estaba convencido de que los cachorros eran miniaturas de Dougal, e insistió en quedarse con uno. Aún no se creía que los cachorros se harían tan grandes como su padre. Tampoco podía imaginarse que llegaría a ser tan alto y seguro de sí mismo como su padre, aunque Lali ya veía en el niño que era, el hombre que sería.

     Como Pablo , sería un rompecorazones. Lali rectificó para sí: Pablo no le había roto el corazón, se había acercado, pero lo arregló justo a tiempo. Narella era la prueba de su amor. Los ojos de Lali acariciaron a su hija, sentada al borde del asiento, con las piernecitas colgando. La pobre estaba aburrida.

     -Ya no durará mucho más -le susurró.

     -¿Y podré comer tarta?

     -En cuanto acaben los discursos -dijo Lali-. Ahora tenemos que escuchar. La esposa del gobernador va a abrir el Centro Panda.

     -Ya está abierto -protestó NArella-. Mira.

     -Está abierto de mentira, para que puedan sacar fotos de la primera dama con tu papi.

     -No quiero que papi salga en una foto con esa señora -Narella arrugó la carita-. Quiero que salga en una foto contigo.

     -Lo hará enseguida -le aseguró Lali, comprobando que tenía la cámara a mano-. Tú también puedes salir en una foto, si quieres.

     -Sí, por favor -Narella asintió vigorosamente-. ¿Saldrá el bebé nuevo en la foto también?

     -Ya tenemos una foto suya -dijo Lali, pensando en la borrosa fotografía por ultrasonido que había en el álbum de casa. Pablo y ella habían visto lo suficiente para saber que sería un niño. Narella ya había decidido que lo llamarían Dougal, pero eso tendrían que discutirlo. Lali pensó, con cariño, que sus hijos tenían demasiadas ideas propias.

     -Es demasiado pequeño para salir en una foto de verdad -le aseguró a su hija.

     -¿Cuánto falta?

     -Por lo menos hasta Navidad -replicó Lali. La cara Narella se iluminó.

     -¿Va a traer Papá Noel el nuevo bebé?

     -No, cariño -rodeó los delgados hombros de su hija con un brazo-. ¿Por qué no le pides a papá que te lo explique cuando lleguemos a casa? Es el cuentacuentos de la familia.

     Lali estaba deseando escuchar a Pablo explicarle a una niña de tres años de dónde venían los bebés. Aunque se ganaba la vida con las palabras, con su hija resultaba extremadamente fácil dejarlo mudo.
     Lo miró con orgullo, mientras los invitados lo rodeaban. Era una cabeza más alto que la mayoría del grupo, y no se le escapaba la coquetería con que lo miraban algunas mujeres. No estaba celosa, pues eso solo demostraba su buen gusto. Estar casada con él seguía pareciéndole un milagro, y a veces la dejaba sin habla. Era una suerte que tuvieran otro método de comunicarse.

     -Vamos a reunirnos con tu papi y con Ian -dijo, bajando a Narella del asiento.

     El las vio llegar y extendió la mano. Ella la aceptó, sintiendo la misma electricidad y excitación que sentía siempre que la tocaba. Apenas podía esperar a que estuvieran solos. Pero, al oír la vocecita de Narella, comprendió que aún faltaba un buen rato para eso.

     -Papi, mami me ha dicho que me contarías... -la niña siguió, con su pregunta sobre quién traía a los bebés, sin prestar atención a las miradas divertidas que provocó entre los distinguidos invitados. Pablo sonrió con ironía a Lali, por encima de la cabeza de la niña.
     -Ah, eso te dijo. Bueno, mami también va a tener que explicar algunas cosas cuando lleguemos a casa.
     Su mirada era tan cálida y su voz tan sugerente que ella deseó que llegaran pronto.
   


1 comentario:

  1. hola percha!! como estas??
    Mori de ternura con el epilogo!!! quería más JUM JUM!! fue muy corto!!!
    ame la escena familiar!, yo también quería escuchar las explicaciones jajajajja me parece que la hija le salió tremenda y el nombre que tenía para el hermanito ajjajaj sin duda una combinación perfecta de ambos!! .. jajaj
    que más decirte a parte que fue muy corto JUM JUM!!! jaj
    pero bue más allá de todo me encantó la nove no se si no tuve tiempo de odiar a pablo (con eso de que fue muy corta la nove cof cof) o no se hizo odiar una de dos jajajaj
    no me voy a cansar de decirlo amo tus nove y tus adaptaciones sos una genia!, espero que MUY PRONTOOOO pueda estar disfrutando una más de ellas!
    te mando un beso!! nos hablamos :D


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